14 enero 2010

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” Hebreo 4-16


Las buenas familias se unen en momentos de dificultades; un hermano no pierde su condición por más malo que sea en momentos de dificultad el o nosotros dejamos de ser verbo y pasamos a la solidaridad que es un adjetivo con el cual podemos definir las lagrimas del pueblo dominicano ante la desgracia por la que pasa luego del terremoto del pasado martes en Puerto Príncipe Haití.


Las imágenes de esta tragedia son conmovedora, más sabiendo que se tratan de hermanos que antes de esto vivían abrazado a la pobreza y hoy solo tienen el luto, la desolación y la esperanza de que no están solo pues la comunidad internacional se prepara para batear ayudas solidarias en fin de sacar al vecino país de las penumbras en que se encuentra.


A veces la política y los ánimos caldeados propios del Caribe han provocado que tanto de la parte occidental como de la oriental de la isla La española nos piropeemos con improperios y una que otra reclamaciones de tipo diplomática y otras no tan cordiales, pero nunca debemos perder de la mira de que somos parte de un mismo cuerpo que nos diferencia un insignificante “colorsito y un acentico”, que para sobrevivir en la aldea global nos necesitamos uno al otro, y que como cada cuerpo cada dolor nos afecta por entero y cada rasguño emana nuestra sangre que es la misma pese a la historia.


Debemos ser solidarios hoy, mañana y siempre. Debemos canalizar las ayudas por los organismos organizados y preparados como el COE o La Cruz Roja, el gobierno debe ser raudo y veloz en salir en auxilio de nuestros hermanos haitianos. Vamos ha realizar un gran swing para sacar a Haití de la penumbra. ¡Vamos ha batear por ellos!!!



1 comentario:

Noemi dijo...

Bendiciones.
mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com