07 diciembre 2010

Mi parecer de los primeros cien días de gestión municipal en SDN

Nunca es considerado posible dar soluciones muestras de eficiencias en un periodo de cien días como se acostumbra en nuestro país con nuevas autoridades electas en posiciones publicas. En días pasados un debate se produjo en nuestro municipio sobre la gestión en su primero cien días del alcalde Francisco Fernández, quien a nuestro modo de ver exageró en tratar de mostrar eficacia en el corto espacio de tiempo.

Siempre es bueno ver un servidor público preocuparse por hacer un trabajo que demuestre su capacidad y eficiencia, pero nadie esta obligado a lo imposible, y este principio fue obviado por el Doctor Francisco Fernández, quien prefirió el axioma Maquiavélico que indica que “El fin justifica los medios”.

El fin sin duda fue logrado, (si de lo que se trataba era de lograr una percepción) pues más de cien munícipes de Santo Domingo Norte entrevistado por quien escribe para el programa “Enfoque Municipal” que produce el periodista Julio Guerrero, se mostraron muy de acuerdo con estas obras y evaluaron como positivo los primeros cien días de gestión del alcalde de Santo Domingo Norte, estos sondeos se hicieron de manera aleatoria en días diferentes y en varios sectores del municipio.

En este sondeo es evidente que el fin fue logrado, pero pudimos notar que la gente no conoce la forma o medio de cómo se ha logrado crear esta percepción. Pues la explicamos.

Mediante la resolución numero 43-2010 aprobada el 17 de agosto del año 2010, o sea a dos días de haberse juramentado el alcalde Francisco Fernández, el consejo de regidores aprobó la declaración en estado de emergencia del municipio por la condición de insalubridad y abandono en que fue dejado por la pasadas autoridades, con vertederos improvisados en cada punto de las calles y avenidas del municipio.

Pues bajo el amparo de esta resolución el síndico ha contratado obras de gran costo y que han sumido mas en estado de emergencia a nuestro municipio, pues han comprometido el débil presupuesto municipal en mas de 500 millones de pesos, en obras cedida de grado a grado, sin pasar por el consejo de regidores, y sin ningún nivel de trasparencia.

Recordemos que hace aproximadamente un mes el síndico fue a un programa de televisión nacional y dijo que había encontrado ese cabildo con todas sus cuentas embargadas, con deudas por más de 150 millones, luego en rueda de prensa dijo que si el presidente Leonel Fernández no intervenía económicamente el municipio el lo iba a “declarar en quiebra”.

Evidentemente el discurso y el accionar del alcalde están divorciados. Las obras que ha iniciado son necesarias y están quedando muy bonitas, entre ellas podemos destacar las aceras estampada y nuevos contenes de la avenida Los Restauradores y carretera La Victoria, al igual que un buen tramo de la Charles de Gaulle y la avenida Hermanas Mirabal, la colocación de semáforos en los cruces del municipio y la intervención en obras deportivas y pequeñas cosas en los barrios.

Siendo su punto luminoso la recuperación de algunas áreas verdes ocupadas por particulares especial mente en el residencial Máximo Gómez al lado del Polvorín, y la apertura de la calle margina debajo de la cabecera del puente Francisco J. Peynado que une a Villa Mella con el Distrito Nacional, donde se había obstruido el transito con una gran cantidad de escombros y el levantamiento de una pared que impedía flujo del sistema vial establecido originalmente.

Pero ya pasada las palmas de los primeros cien días, se escuchan y se ven las insatisfacciones por la no aplicación en su justa medida de la ley de presupuesto participativo, las protestas de los propietarios de los camioncitos contratados para recoger la basura que denuncian que a tres meses aun no se le paga por el servicio que brindan, el desorden administrativo reflejado en una inflación de la nomina, al no cumplimiento de la ley 41-08 de función publica que obliga a las instituciones publicas a indemnizar a los empleados cancelados por cambio de gestión o motivos no justos.

Ante esta realidad nos preguntamos: ¿a cuanto asciende la deuda de la alcaldía con los contratistas de obras? ¿Como y en que plazo debe ser pagada? ¿Cuándo conocerá el concejo de regidores sobre este particular? ¿Qué pasara por la mente del alcalde en cuanto a planificación y organización de las inversiones?

Ya veremos que será Francisco un mago que hace magia con pocos recursos, o un ilusionista que nos llevará a la desilusión tarde o temprano.