Por Faustino de la Rosa
I
Compartiendo la
Responsabilidad

II
Colaboración
El segundo principio es semejante al primero y al igual que este se utiliza
cuando somos objeto de una agresión física o verbal. En este caso
buscamos bloquear la fuente de la agresión con la formulación
de una pregunta sorpresa, una pregunta que lo desarmara psicológicamente, una
expresión que dejará en claro nuestra buena voluntad y nuestra disposición de
ayudarle; algo que naturalmente nunca esperara y la pregunta es «¿Existe
alguna forma en la que te pueda ayudar?» esta es una
pregunta que por lo general desarma al ofensor, con esta buscamos reconocer
que el mundo en el que vivimos es un caos y que todos estamos
de alguna manera agobiados por los problemas de diario vivir, es una
estrategia efectiva ya que mostramos empatía, interés por sus problemas
sean estos cualesquiera. Y volveos a preguntar «¿En que te puedo
ayudar?» yo le aseguro que si procede siguiendo estos principios su
agresor bajará la guardia y usted podrá hablar tranquilamente con él.
III
Cinco Minutos
El tercer principio puede utilizarse en un primer intento para manejar la
embestida, digamos que es la forma rápida de resorber el problema y puede
utilizarse después de haber agotado el primero y segundo principio. El tercer
principio es una petición o solicitud y es la siguiente “Dame cinco
minutos para poder entender lo que está pasando” o “Tú eres
una persona muy importante y mereces que yo piense un poco en
lo que estás diciendo; así es que por favor concede cinco minutos, sólo cinco
minutos y luego hablamos” la magia de esta petición
es que le permite al cerebro del agresor tomar conciencia de su aptitud y le
ayudará a comprender, a enfriarse y a realizar los ajustes necesario que
le permitirán bajar la tensión.
Faustino de la Rosa
Faustinodelarosa@yahoo.es