Por: Lic. Faustino de la Rosa
En esta época de fiestas y alegrías en la que se habla de espíritus y de seres espirituales es oportuno que invoquemos a un espíritu que es tema de conversación obligada y ocupa los diarios nacionales e internacionales; nos referimos al espíritu de la democracia, un espíritu por demás mundano con el que estamos obligados a convivir y tratar los trescientos sesenta y cinco días del año.
Como todo espíritu mundano este trae consigo sus vicios, vicios de fondo, vicios humanos, vicios de origen que nos han llegado con el paquete que implica la búsqueda de una libertad total y absoluta, una pretensión ilusa, quimérica solo concebida en una mentalidad no humana (Lucifer) claro esta que el homo sapiens ha reconocido a lo largo de la historia su absurdo, es un ideal imposible que justifica el surgimiento de las instituciones reguladoras del hombre en sociedad dígase congreso y la justicia.
Entre los vicios de nuestra democracia están: el clientelismo, la intolerancia, la faltad de voluntad política, la argumentación y la corrupción; todos girando en torno a ejes como las circunstancias o a posiciones de principio “No hay camino para la paz, la paz es el camino” Mahatma Gandhi, hay que aclarar que es mucho mas fácil vivir según el momento que apegado a ciertos valores sean estos juzgados como nocivos o no para la democracia y la convivencia pacifica, de ahí que hay partidos y actores políticos que transitan “bajo el olor de la multitud” mientras otros adoptan el color del momento digamos en que en una actitud camaleónica. Queda claro que asumir cuales quiera de los dos estilos de vida afecta de una ú otra manera al desarrollo de la sociedad dominicana, de las instituciones y de la economía. Dejamos esta inquietud en ánimo de volver a profundizar sobre este tema en un próximo artículo.
El autor es Presidente de la fundación FEED.
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