La clase política dominicana luce inmadura desfazada y un tanto ansiosa a la hora de dirigirse, informar, plantear su posición ante un tema o presentar logros. Por ejemplo si se trata de un reportero que le pregunta al ministro de salud sobre el presupuesto nacional este con tal de no perder vigencia ante la opinión publica habla sobre el tema aunque no entienda ni papa del mismo, pero si el ministro, político o funcionario entiende que ese periodista lo ha atacado no le da declaraciones y por el contrario lo abochorna o manda a su gualda espalda a maltratar a este que solo cumple con su trabajo.
- señor jefe de la policía ¿cual es su posición sobre esta desgracia?
"se trata de un movimiento de la masa terrestre que provoco el deslizamiento de tierra por un accidente geológico en la zona".
Estas palabras la escuchó todo el mundo pensando que quien hablaba era director de la oficina nacional de sismología pero para sorpresa de mucho el gran experto resulto ser el encargado de el orden publico.
Donde dije digo luego digo Diego, hago mi trabajo le tiro foto y lo publico como un logro, con el agravante que la publicación cuesta más que la obra. Ni hablar de los actos publico donde todos quieren estar y hablar.
Bla, bla, bla es la cultura ideológica del político Dominicano provocando problemas para sí, la intitución, el estado o a un tercero. Solo hay que destacar el hecho de que la cámara de cuentas fue derribada por la sobre exposición que sus miembros hicieron ante la opinión publica sobre la situación interna de ese organismo mas que por la corrupción galopante que obviamente dominó esa intitución.
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